UNIVERSIDAD Y CAPITAL RIESGO SE APLICAN PARA CONSEGUIR MATRÍCULA EN EE.UU.
Puede que alguna vez hayamos tomado un bote de Gatorade para recuperarnos de un esfuerzo, pero lo que seguramente desconocemos es que este producto procede de la Universidad de Florida, y contó en su momento con el respaldo del capital riesgo. Del mismo modo, la Universidad de Michigan State pudo desarrollar y patentar dos medicamentos anti-cancer bajo la atenta mirada de una de estas arriesgadas firmas. A través de la relación entre la Universidad y el Capital Privado se puede dirigir la tecnología de los centros de investigación de las facultades al mercado, y que ambas partes recojan sus frutos. Existe un elevado numero de invenciones con un increíble potencial de rentabilidad, pero que adolecen de los fondos necesarios para conocer la aplicación comercial de la tecnología que llevan.
Sin embargo el proceso no es sencillo. Los inversores están aprendiendo a pisar sobre seguro alrededor de los campus universitarios. Concentrar demasiados recursos en aras de obtener beneficios producto de la investigación universitaria, puede acarrear un conflicto de interés para muchas facultades, especialmente las públicas, que deben proteger cuidadosamente sus estatutos y apartar sus esfuerzos investigadores de la influencia y los caprichos del mercado.
Una de las dificultades que surgen de la relación Universidad-Capital Riesgo, es la diferente mentalidad entre el investigador y el emprendedor, lo que hace necesario que el capitalista riesgo muestre quién se verá beneficiado del proyecto y por qué. A partir de esto, la traslación de la tecnología a un business plan resulta más fácil y provechosa.
Otro tema delicado es el tratamiento de la protección de la propiedad intelectual. Desde 1980 las universidades pueden retener las patentes fruto de sus invenciones creadas a partir de programas federales de investigación. Según la Association of University Technology Managers, se ha pasado de registrar 250 patentes en 1980, a 1.600 patentes anuales hoy en día.
Los beneficios que obtienen las universidades, además del beneficio social que transfieren, proceden de los honorarios que reciben (licensing fees) por el uso de los productos creados, o la participación accionarial en las compañías que surgen a partir de las creaciones. Así, el Instituto de Tecnología de Massachusetts, que registra más de 1.000 patentes, obtuvo en 1999 cerca de $20 millones (alrededor de 3.700 millones de pesetas), que serán muy útiles para seguir creando.
En definitiva, la relación Universidad-Capital Riesgo será tanto más fructífera, según sea el espíritu innovador de la institución, profesores y alumnos, y se marquen con claridad las reglas del juego desde el principio. Si se dan estas premisas, la Universidad podría convertirse en el futuro, en un soporte consistente para el Capital Riesgo.
Más información en Venture Capital Journal, Octubre 2001