LA CRISIS TECNOLÓGICA LASTRA LA ECONOMÍA MUNDIAL.

    El motor de la economía mundial, que durante 37 trimestres consecutivos había basado su espectacular crecimiento en el boom tecnológico, empieza a fallar. La disminución del gasto en tecnología y, con éste, el fin de los aumentos de productividad de las compañías dedicadas a la fabricación de equipos suponen una seria amenaza.

    Las cifras hablan por sí solas. Según el Departamento de Comercio estadounidense, el crecimiento de los nuevos pedidos de equipos de tecnología de la información fue de un 1,2% en el tercer trimestre de este año, siendo del 34% en el trimestre anterior. Todo ello ha hecho que el PIB americano se haya estancado y que los analistas de Wall Street hayan modificado sus previsiones de beneficios en el sector tecnológico de un 29 a un 15%.

    En definitiva, el gasto empresarial en tecnología de la información se ha hundido a escala mundial y los proveedores americanos están cargando con el mayor peso.