LAS START-UP IRLANDESAS SIGUEN ATRAYENDO CAPITAL EXTRANJERO.

    Debido al continuo deterioro de los mercados más maduros, diversos inversores europeos y estadounidenses consideran dirigir sus recursos a start-ups localizadas en Irlanda. Así, en lo que va de año, las empresas en fase de arranque irlandesas han atraído fondos de capital riesgo por valor aproximado de 78 millones de dólares, a un ritmo similar al experimentado en el año 2000. Este capital procede en su mayoría de inversores extranjeros.
 
    Esta tipología inversora beneficia, por un lado, a las start-ups irlandesas, que buscan en el inversor extranjero una oportunidad de internacionalizar sus compañías, y por otro lado a los operadores foráneos, que no quieren dejar pasar la ocasión de invertir en uno de los enclaves tecnológicos más importantes de Europa.